VIDA VIRTUAL VS.VIDA REAL



¿No podés pasar un minuto lejos de tu perfil de Facebook, tu cuenta de Twitter o tu mail? Te contamos cuáles son las consecuencias de la hiperconexión y te damos cinco consejos para volver a loguearte a lo que importa: vos misma.
Respondés los mails que acaban de llegar mientras desayunás, te logueás aFacebook y chusmeás en qué andan tus contactos al mismo tiempo que un buscador te resuelve esa duda que te había surgido. Cinco minutos más tarde, te registrás en tu home banking y pagás un par de cuentas al mismo tiempo que comentás vía Twitter la última noticia en la web y actualizás tu currículum en una red laboral on line.
Las notebooks, los smartphones y las tablets están cada vez más incorporadas a nuestras vidas y ya es casi imposible imaginar una jornada entera sin chequear mails, encontrar un consejo en un foro o comunicarnos vía las redes sociales.
Las facilidades que nos brinda la tecnología son geniales y súper prácticas pero, como todo exceso, pueden traerte más de un dolor de cabeza. ¿Dónde termina la vida virtual y empieza el vínculo con el mundo real?


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Hoy en día, las nuevas tecnologías afectan casi todos los momentos y lugares de la jornada. Es que en los últimos dos años el acceso a la web a través del celular se triplicó y en la actualidad casi un 45% de los usuarios de telefonía móvil se maneja con algún tipo de smartphone. En tan sólo un clic en cualquier horario y espacio podés relacionarte con gente muy diversa y realizar trámites en pocos segundos.
El no poder despegarte de tu computadora o teléfono sin importar si estás de vacaciones, enferma o en medio de tus horas de descanso puede resultar perjudicial para tu vida amorosa, familiar, social y hasta tu capacidad de disfrutar lejos de la web.

¿Adicción?
Recibir y procesar información de forma constante y por diversos medios: eso es la hiperconexión. Redes sociales, foros, textos, fotos, buscadores, sitios de noticias, chats y demás hacen que cada vez nos cueste más decir basta y apagar nuestro nexo con la virtualidad.
Durante los últimos años se hizo evidente que la tecnología puede resultar tan adictiva como el alcohol y el cigarrillo. No poder pasar un minuto fuera de línea y morir de la ansiedad cuando te deslogueás de la web es un signo de ello.
Aunque no lo creas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que una de cada cuatro personas sufre una adicción a la tecnología. ¿El problema? Al ser una herramienta laboral, cotidiana y de uso social, estas patologías suelen pasar desapercibidas o resultan justificadas.
Y pero... ¿cuándo se es adicto a la tecnología? Es muy importante observar nuestras conductas respecto a la tecnología y registrar cuál es tu nivel de dependencia. Los signos de alerta más frecuentes a los que podés prestar atención son ansiedad cuando estás offline, adicción al trabajo, euforia al momento de conectarte con lo virtual y problemas a la hora de relacionarte con el mundo real.
Las tecnologías de avanzada trajeron consigo nuevos códigos, nuevas formas de intercomunicarnos. Lo importante es aprovecharlas en todo su potencial aunque con límites y de forma saludable. Disfrutá de tu realidad virtual pero asegurate que no sea tu única realidad.

Reconectate con vos mismo
Porque es más fácil de lo que pensás, te pasamos cinco consejos para desloguearte de tu universo virtual y encontrarte cara a cara con tu realidad:
- Identificá. Pensá tres cosas que te morís de ganas de hacer en el mundo real desde hace bastante tiempo y no realizás por "falta de tiempo". También registrá las cosas que dijiste que querías hacer en la realidad. Semana tras semana reemplazá una actividad virtual por una real.
-Registrá tus tiempos. Anotá las horas que pasás conectada chateando, mirando fotos en Facebook o siguiendo trending topics en Twitter para tomar conciencia de la cantidad de tiempo que estás "enchufada".
- Controlá la ansiedad. Dominá ese impulso de chequear mails cada dos minutos. Sé específica y concreta a la hora de mandar mensajes vía redes sociales como también evitá reenviar cosas que realmente no creas importantes. Fundamental: si algo puede esperar, tratá ese tema en persona.
- Apuntá a momentos de calidad. Ya consciente del tiempo que estás online, reducilo para poder encontrarte con tus amigos, familiares y otros espacios personales concretos. Cuando lo hagas, y aunque te vuelva loca, apagá el celular y la computadora. Cuando estés en un restaurante con amigos o con tu pareja, dejá el celular en la cartera y no te tientes de "echarle una miradita".
- Desenchufate cada tanto. Aunque no te des cuenta, estar pendiente de tus espacios virtuales te genera ansiedad por saber qué es lo que está ocurriendo en este preciso momento. Esto puede crearte una compulsión. Hacé tu realidad más fuerte y disfrutable (pasala bien con tus amigos, leé un libro que te entretenga o conocé un lugar que te divierta) y vas a estar en camino a pasarla mucho mejor en tu mundo real que a través de la tecnología.
Especialistas consultadas:
Adriana Waisman
Licenciada en Psicología. Especialista en trastornos de ansiedad y conductas adictivas y facilitadora de talleres de entrenamiento en comunicación "El arte de poder relacionarnos con los demás desde la inteligencia creativa emocional".
Valeria Viva Especialista en tecnología. Responsable del portal "Mujer y Tecnología", autora de Mujer y tecnología y directora en Ser 2.0.

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